Hoy nada me llama la atención, ni destejer un libro, ni subir de espaldas la escalera buscando el campito de los Peñalosa, ni cocinar tus cartas con requesón; no extraño las fiestas que el dolor se comió por eso sería prudente llamar a silencio seria lógico luego de todo este tiempo y casi que es cierto, que no sé lo que quiero no puedo negarte tal acierto, Bingo!!! Jamás quise que fuera una casería; y es que no se en que cama despierto y en que pesadilla me duermo que cuando no llamo es porque no tengo tiempo tal vez puedo culpar a la falta de lluvias o al derroche de calor o simplemente soy un cobarde; saberse cobarde es una suerte de valentía y hoy me siento tan valiente.
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