viernes, 19 de octubre de 2012

El día que klimt pinto a los amantes del beso


Una foto.
Una foto cenital de un territorio.
Un país, un país de maravillas, como el que mira Ryu.
Sin países vecinos, sin fronteras que defender, sólo cuidar. Este es nuestro país.
Una cordillera a la izquierda, hacia abajo un valle fértil; terreno fértil para arboles frutales y un ranchito borracho de sueños,
una cordillera para desde la cima mirar hasta donde nos alcance la vista, sigue con tu mirada las fronteras de este espacio que juntos hemos conquistado, con una sonrisa por capital y un amor a primera vista por gobierno.
Si te fijas con detalle, si obserbas el dibujo; al centro un espejo de agua, con playas donde caminamos descalzos, arena entre los dedos y de repente nos hacemos viento, viajamos en remolinos de la manos de las hojas, un tobogán, una montaña rusa que nos da cosquillas en el vientre, subimos, subimos tan alto que nos mezclamos con las nubes y nos llovemos de amor, volvemos a mezclarnos, a correr entre las piedras mezclando nuestros colores.

El día que klimt pinto a los amantes del beso, la sombra debió ser la misma - no te parece?

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